Cada niño con autismo es diferente uno de otro, sin embargo se han
establecido algunos comportamientos muy similares, como los que se detallan a continuación.
Lenguaje poco o nulo, o bien pierde el habla.
Ecolalia, repite lo mismo o lo que oye (frases o palabras).
Actua como si fuera sordo, pero no soporta ciertos sonidos o luces muy fuertes como por ejemplo, la licuadora o el microondas.
No mira directamente a los ojos.
Se obsesiona con los objetos sin razón alguna.
No muestra ningun interés por los juguetes y/ o no los usa adecuadamente.
Tiende a reunir objetos o los pone en línea.
Muestra total desinterés por su entorno y en las relaciones sociales con los demás.
No responde a su nombre.
No obedece ni sigue instrucciones.
Cuando quiere algo, no lo pide, toma la mano de alguien dirigiéndola a lo que desea.
Rechaza el contacto físico. No le gusta que lo toquen o carguen.
Aleteo de manos (como si intentara volar) en forma rítmica y constante.
Gira o se mece sobre sí mismo.
Se queda quieto observando un punto como si estuviera hipnotizado.
Camina de puntitas (como ballet).
Puede ser un niño hiperactivo (muy inquieto) o pasivo (demasiado quieto).
Muestra agresividad y/o puede ser en ocasiones auto agresivo (se golpea a sí mismo).
Tiene una gran obsesión por el orden y la rutina, rechaza los cambios.
Se enoja mucho y hace rabietas sin razón aparente o porque no obtuvo algo.
Sonrie sin razón aparente (como si viera fantasmas).
En ocasiones, estos niños, además de ser autistas, tienen algún
otro trastorno del desarrollo (retraso mental, motriz, Síndrome de
Down, etc.)
Solo un pequeño segmento de niños con autismo, llega a mostrar
alto grado de inteligencia; su falta de aprendizaje se hace evidente,
debido precisamente a su pobre o nula comunicación.